sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo Uno.-

 Al llegar a la biblioteca, Cristina está agotada además de completamente empapada. Pero le dá igual. Lo iba a ver y eso es lo único que importa. Entra a la recepción del centro cultural donde se encuentra la biblioteca y se dirige a los ascensores. Llama a uno y espera.
 Aún no se cree que Álex esté allí. Apenas se cruzan en el instituto y dicen que vive en un chalé a las afueras de Madrid, por lo que en los fines de semana es casi imposible que se encuentren. Sólo casi. Por que él está allí, probablemente para devolver el libro que se llevó el mes pasado, y a su vez coger otro. Siempre antiguos. Desde qué Miriam lo vió hace unos meses, en el mismo lugar, y desde entonces todas las amigas se reúnen allí para verle. Al menos ella.
 El ascensor se abre, haciendo un chirrido muy desagradable. La chica entra y se cierra con el mismo estruendo. Planta 0, planta 1, planta 2. Por fin. Sale tropezándose y corre por el pasillo hasta encontrar a Bea en frente de la puerta de la biblioteca. Con ella están Lucía, Miriam y Amaia.
- ¡Qué guapo está hoy!- exclama Lucía
- Lleva la camisa a cuadros de la otra vez- puntúa Amaia.
Cris la mira extrańada. Álex no suele llevar ropa estampada. Sin embargo...
- ¡Vamos!- chilla Bea, ansiosa- esta vez quiero intentar hacerle la foto.
Las cinco amigas entran en la sala, todas con una risilla nerviosa. Todas menos Cris. Hablaban del otro. Se supone que Javier es el chico más deseado del instituto, pero a ella no le atrae nada. Le resulta el típico que va de guay. En cambio, Álex...
 De repente lo ve. Alto, musculoso, pelo oscuro peinado un poco hacia arriba, y sus ojos, sus ojos de un azul eléctrico completamente hechizantes. Sin duda, ese chico le encanta.
Lo mira maravillada. Es cómo si no fuera de aquí, cómo si viniera de otro planeta. Se mueve con naturalidad, desprendiendo un olor que Cristina solo ha podido disfrutar una vez, cuando chocaron en el pasillo. Observa incrédula cuando se agacha a por un libro. Es tan perfecto. El chico se incorpora y la mira. Ella se hunde en el océano de sus pupílas. Álex aparta la mirada y va hacia dónde está la bibliotecaria, la cual conversa animadamente con Javier. Puede que sea guapo, pero no tanto como Álex.  Los dos chicos de miran y Javier hace una seńal a su amigo para que se vayan. Javier sale primero, ignorando las miradas de las chicas, pero Álex se detiene en la puerta, en frente de Cris.
- Hola, Cris.- dice. Su voz es grave y envolvente.
La chica apenas reacciona, por lo que él decide marcharse.
Mientras sus amigas cuchichean sobre lo bueno que está Javier, ella sigue inmóvil. No reacciona hasta que Amaia no le da un golpecito en el hombro
 - Empanada, nos vamos ya.
- Si, vale.- suelta Cris, pensativa.
- ¡Uy! Chicas, ha vuelto a entrar en coma-pos-Álex.
Todas ríen , incluida Cris.
- Bueno chicas es que... Me encanta, ojalá pudiera conocerle mucho más y... No sé.- les explica.
- Lo sabemos.- dicen a coro.

Al llegar a su casa, Cris no piensa en otra cosa. La ha hablado. Y sabe su nombre. ¿Se fija e ella? ¿Qué más sabe Álex sobre Cris? Pronto lo descubrirá.


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